Cuidado con los “malos aires”

La contaminación del aire representa un riesgo muy importante para la salud de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud, este fenómeno ocasiona 4.2 millones de muertes prematuras cada año como consecuencia de la exposición a pequeñas partículas de tóxicos ambientales, agentes responsables de la aparición de enfermedades cardiovasculares, afecciones respiratorias, patologías neurológicas y diferentes tipos de cáncer.

Un artículo publicado recientemente en el portal News Medical, hace una revisión acerca del impacto de las emisiones de los motores de los automóviles a través del exhosto, consideradas cada vez más un riesgo potencial para la salud, como consecuencia de reacciones químicas entre los diferentes contaminantes y la penetración de las partículas al organismo.

Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, los efectos de la contaminación a corto plazo son temporales y pueden ser reversibles e incluyen simples molestias como irritación de los ojos, la piel, la nariz y la garganta, así como tos, dificultad para respirar, silbidos y opresión en el pecho. 

La exposición prolongada a estos contaminantes puede desencadenar o agravar síntomas cardiacos, respiratorios, neurológicos y reproductivos, pueden culminar en una variedad de diferentes tipos de cáncer y en algunos casos, desencadenar la muerte, una consecuencia cada vez  más probable y más temida de los cambios en el aire, especialmente en personas con enfermedades previas como diabetes, hipertensión y otras.