Disminución de la testosterona
La disminución de las hormonas masculinas, entre ellas la testosterona, hace parte de una condición denominada deficiencia androgénica del hombre adulto o ALAM (Androgen Deficiency in the Adult Male), que consiste en una disminución paulatina y progresiva de la producción de hormonas masculinas debido al deterioro de la función de los testículos.
Esta situación ocasiona cambios más o menos significativos en distintos órganos y sistemas del cuerpo, entre ellos los músculos, los huesos, el cerebro, el tejido adiposo, los vasos sanguíneos, la sangre y el corazón, entre otros.
Aunque muchas condiciones y enfermedades pueden ocasionar la disminución de testosterona, la deficiencia androgénica del hombre adulto es un trastorno relacionado con el envejecimiento.
Según estudios realizados en Estados Unidos y Europa, esta enfermedad afecta a 10% de los hombres de 50 a 59 años, a 35% de aquellos entre los 60 y los 69 años y a más de 65% de los mayores de 70 años.
De manera similar a lo que ocurre en las mujeres durante la perimenopausia pero de una forma mucho más sutil y lenta, a partir de la cuarta década de la vida comienza a disminuir la actividad de ciertas células de los testículos, denominadas células de Leydig, que son la principal fuente de testosterona y otros andrógenos (hormonas masculinas).
En consecuencia, en algunos hombres, a partir de los 40-45 años de edad comienza a disminuir la cantidad de testosterona y andrógenos en la sangre; durante algún tiempo el cambio es mínimo y no ocasiona alteraciones en otros órganos, pero con el paso de los años y a medida que la testosterona desciende se desarrolla una condición llamada hipogonadismo masculino, que se caracteriza por:
Algunos factores favorecen la aparición de esta enfermedad, entre ellos los más importantes son: la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la diabetes.
En la actualidad, están disponibles diversas estrategias terapéuticas para aliviar los síntomas y frenar la progresión del hipogonadismo. La más recomendada es la terapia de suplencia hormonal con testosterona, pero no todos los pacientes son candidatos para esta terapia, por lo que es fundamental consultar al médico para recibir la orientación y el tratamiento más adecuados para cada individuo.
- Disminución de la libido.
- Disfunción eréctil.
- Reducción de la masa y la fuerza musculares.
- Aumento de la acumulación de grasas en el abdomen y dentro de la cavidad abdominal (alrededor de las vísceras).
- Adelgazamiento y pérdida del cabello y el vello corporal.
- Pérdida progresiva de la densidad mineral de los huesos (osteoporosis).
- Irritabilidad, cambios de humor.
- Dificultades para concentrarse.
- Depresión.
- Trastornos del sueño, (insomnio o somnolencia).
Véase también:
- Disfunción Eréctil
- Por qué ir al urólogo
- Vida Sexual Activa
- Cáncer de próstata: ¡amenaza para los varones, preocupación para los médicos!
- ¿Problemas de próstata? ¿Qué hacer?
Bibliografía:
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