El funcionamiento familiar afecta el estado de la enfermedad en los niños con asma
El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias, lo que hace que estas se estrechen y bloqueen, dificultando la respiración. Esta condición es resultado de la combinación de factores ambientales y genéticos, pues se ha observado que es más frecuente en personas con familiares que la padecen.
El asma también parece tener un componente alérgico ya que los niños con rinitis, dermatitis u otras condiciones de este tipo tienen una mayor posibilidad de sufrirla. Es una causa importante de ausentismo escolar y visitas al hospital (ver más: Asma).
¿Cuáles pueden ser los desencadenantes del asma?
Los factores que provocan que la enfermedad se desarrolle, se manifieste o se agrave, y que pueden desencadenar un ataque asmático, incluyen los ácaros, el polen, las esporas, los pelos de animales, los cambios bruscos de temperatura, el aire frío, el humo, la polución ambiental, el consumo activo o pasivo de tabaco, la actividad física, las infecciones de las vías respiratorias, el reflujo gastroesofágico, algunos medicamentos como el ácido acetilsalicílico (la aspirina) y el estado de ánimo.
Los principales síntomas son dificultad para respirar, sensación de ahogo, dolor u opresión en el pecho, silbidos involuntarios durante la respiración, fatiga durante la actividad física y dificultad para mantener el sueño. El tratamiento, que consiste fundamentalmente de medicamentos, va dirigido a disminuir la posibilidad de un ataque asmático que ponga en riesgo la vida del paciente; puede ser de largo plazo o de alivio inmediato.
¿Cómo influye el entorno familiar en la enfermedad del niño?
Como fue señalado anteriormente, el ánimo juega un papel importante en el asma; la función familiar, a su vez, juega un papel importante en el ánimo de los niños. Investigadores estadounidenses examinaron precisamente la relación entre la función familiar y la actividad alérgica en niños con asma. Esta última se calcula con una prueba de sangre que mide la cantidad de eosinófilos en ella —el aumento de los eosinófilos, o eosinifilia, indica una mayor actividad alérgica—.
El estudio contó con la participación de 81 niños y sus padres. Antes y después del año que duró la investigación, a los niños se les midieron los niveles de eosinófilos y tanto ellos como los padres consignaron información sobre su estado de ánimo y la función familiar.
Los resultados mostraron que entre mejor funcionamiento familiar, menores niveles de eosinófilos en los pacientes. El estado de ánimo de los padres no presentó ninguna relación.
Los investigadores concluyeron que cuando el funcionamiento familiar mejora, los niveles de eosinófilos disminuyen, en otras palabras, la enfermedad también mejora. La evidencia ha confirmado, no solo en el asma sino en otras patologías, que la situación familiar y el estado anímico tanto de niños como de adultos ejerce un efecto significativo en el curso de la enfermedades y, por consiguiente, en la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Un mejor entendimiento de estas relaciones facilitará el desarrollo de nuevas intervenciones para ayudar a los niños con asma, su bienestar y el de los que los rodean.
Véase también:
- Asma
- Crisis o ataque de asma
- Uso de inhaladores para el asma
- Afecciones de garganta
- Asma: alarma mundial,condición que requiere de cuidados y manejo
- Diferentes tipos de tos en los niños
Referencias bibliográficas
Ehrlich KB, Miller GE, Chen E. Family Functioning, Eosinophil Activity, and Symptoms in Children With Asthma. J Pediatr Psychol. 2015 May 18.
Por: Redacción Salud. Editores Académicos SAS. Mayo 22 de 2015.