Tener un hermano es un factor protector para los niños con asma
El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias, que hace que se estrechen, se inflamen y se bloqueen, dificultando así, la respiración. Con el asma se presenta una hipersensibilidad en las vías aéreas que aumenta la reacción de la persona ante alergias, infecciones, humedad y frio. Usualmente, los primeros episodios de asma ocurren en la infancia (para conocer más acerca del asma, haga clic acá).
Es común encontrar condiciones psicológicas, tales como ansiedad, depresión y trastornos de alimentación asociadas a enfermedades crónicas. En personas con asma, por ejemplo, se habla del miedo a asfixiarse y de cómo este miedo genera ansiedad significativa, incluso en niños.
En particular, el asma se ha visto asociada al déficit de atención, a la pérdida de control de las emociones, a problemas de comportamiento y a baja autoestima. En personas con asma, algunos episodios emocionales, como el llanto, la ira, el miedo, incluso la risa, pueden desencadenar ataques asmáticos.
Es por esto que se han estudiado posibles factores protectores que puedan moderar el impacto que tiene la enfermedad sobre el bienestar general y, en particular, sobre el bienestar psicológico.
En varios estudios de jóvenes con asma se ha resaltado la importancia de la familia y cómo un buen funcionamiento familiar puede verse reflejado, no solamente en un buen manejo de la enfermedad, sino también en una buena adaptación a la enfermedad.
Precisamente, en un estudio italiano, los investigadores se preguntaron si la relación de un niño con asma y su hermano, podría tener un valor protector para el niño asmático a nivel de autoestima.
En el estudio, liderado por el doctor Polizzi, se incluyeron 70 niños con asma, unos con hermanos y otros sin hermanos. Los resultados del estudio fueron sorprendentes y confirmaron que los niños asmáticos con hermanos, demostraron niveles de autoestima mayores a los niños asmáticos sin hermanos. Este hallazgo reafirmó la importancia de esta relación, pues apoya el desarrollo integral del joven con asma y ayuda a que cumpla con el manejo de la enfermedad.
Es más común en el medio médico hablar del efecto de tener un hermano enfermo tiene sobre el hermano sano, pero no al revés. Por ello, los resultados de este estudio le dan vuelta a ese escenario y proponen que en la relación entre un hermano sano y un hermano con una enfermedad crónica, como el asma, se benefician los dos. El hermano sin asma se vuelve un aliado en el tratamiento y el cuidado del hermano con asma, y este último mejora sus niveles de autoestima.