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Vacuna contra el neumococo

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La enfermedad neumocócica es una condición producida por la infección con las bacterias del grupo Streptococcus pneumoniae que pueden causar infecciones graves en los pulmones (neumonía), de la sangre (sepsis) y de las membranas que recubren el cerebro (meningitis) desencadenando en una importante mortalidad.
La meningitis es una infección de la meninges (membranas que recubren el cerebro) que aunque es poco frecuente (menos de un caso por cada 100,000 personas cada año), produce otros problemas de salud, que incluyen sordera y daño cerebral. Cuando se presenta en niños es muy grave y puede ser mortal en aproximadamente uno de cada 10 casos. Los niños menores de dos años, por sus características inmunológicas, tienen un mayor riesgo de presentar enfermedades graves que los niños mayores.

Existen 90 tipos diferentes de neumococo y el contagio con la bacteria se produce de una persona a otra por contacto cercano a través de las secreciones respiratorias y puede afectar a cualquier individuo, aunque algunas personas tienen mayor riesgo de enfermar con manifestaciones más graves.

Las diversas enfermedades producidas por esta bacteria se han convertido en una causa importante de enfermedad grave y muerte en los niños menores de 5 años en países desarrollados, esto sumado a la resistencia a los antibióticos presentada en los ultimas décadas, convierten a la vacunación en un recurso preventivo importante.

Tipos de Vacuna

Existen dos tipos de vacunas contra el neumococo:

Vacuna antineumocócica polisacárida 23-valente: protege frente a 23 serotipos de neumococo (entre los que se encuentran el 90% de los que causan infecciones graves). Es muy efectiva en la mayoría de los adultos sanos a las 2-3 semanas de su administración pero no es efectiva en niños menores de 2 años por lo que no se debe utilizar en este grupo de edad.

Vacuna antineumocócica conjugada
: existen dos vacunas, una que protege frente a 100 serotipos de neumococo y otra que protege frente a 13 de estos serotipos. Estas vacunas tienen utilidad en la prevención de la enfermedad neumocócica ya que consiguen una excelente respuesta inmune y duradera, con protección a largo plazo: 97% de eficacia en la prevención de meningitis e infección de la sangre, protegen las neumonías y tienen una protección moderada frente a la otitis media aguda causada por neumococo.

Pueden utilizarse en niños hasta los 5 años de edad y una de ellas (la que contiene 13 serotipos) también puede ser utilizada en personas de 50 o más años con determinadas enfermedades crónicas.

¿Quiénes y cuándo deben vacunarse?

Debe vacunarse todos los niños que residan en las comunidades que han incluido la vacuna conjugada en sus calendarios de vacunación infantil (hasta los 5 años) y los adultos mayores de 65 años.

Las personas de 50 o más años con inmunodepresión, ausencia o falta de funcionalidad del bazo, pérdida de líquido cefalorraquídeo o con implantes cocleares, pueden recibir también la vacuna neumocócica conjugada.

Se aconseja que reciban después una dosis de vacuna de polisacáridos (dejando pasar al menos 8 semanas entre las dos vacunas).

La importancia sanitaria de la enfermedad ha llevado a que en varios países hayan incorporado la vacunación frente al neumococo en personas mayores de 64 años y en personas con enfermedades que los hacen mas propensos a la infección.

Todas los niños a partir de  las 6 semanas de edad que presenten cualquiera de las siguientes condiciones:

  • Enfermedades crónicas: enfermedades cardíacas, anemia de células falciformes, enfermedades pulmonares, diabetes o enfermedades hepáticas avanzadas.
  • Enfermedades que producen una disminución de las defensas inmunológicas: problemas renales serios, pacientes trasplantados, pacientes a los que se les ha extirpado el bazo, enfermedad de Hodking, linfoma, leucemia, mieloma, VIH o SIDA.



Pacientes que tengan que recibir algún tratamiento que disminuya sus defensas inmunológicas: tratamiento prolongado con corticoides, medicamentos inmunosupresores, determinados tratamientos contra el cáncer o radioterapia.

En estos casos se aconseja utilizar vacuna conjugada (hasta los 5 años de edad) y después vacuna de polisacáridos para ampliar la protección, siempre que cuando se utilice ésta ultima vacuna se tengan dos o más años de edad. Si el paciente tiene más de 5 años se debe utilizar la vacuna de polisacáridos.

Véase también:


Fuentes

  1. Raquel Zubizarreta Alberdi. Sección de Enfermedades inmunoprevenibles. Servicio de Prevención de Enfermedades Transmisibles. Dirección General de Salud Pública. Consellería de Sanidade. Xunta de Galicia (España).
  2. Arturo Louro González. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Servicio de Atención Primaria de Cambre. SERGAS. A Coruña (España).