Costra

Lesión secundaria a la desecación de un exudado o secreción (serosidad, sangre o pus) que se forma sobre la superficie de la piel como consecuencia de una herida.

Las costras suelen tener aspecto de corteza de color rojo oscuro o marrón. El coágulo evita que fluya más sangre y otros líquidos al exterior y protege la herida manteniéndola alejada de los gérmenes,  de esta forma las células de la zona afectada podrán cicatrizar.

Causas

Al perder la integridad de la piel ya sea por una cortadura, quemadura, raspón o rasguño, inicia una reacción protectora por parte del organismo durante la cual algunas  células sanguíneas, llamadas plaquetas, se acumulan en la herida y permanecen unidas, formando un coágulo; a medida que el coágulo empieza a endurecerse y a secarse, se va formando una costra.

Bajo la superficie de la costra se están fabricando nuevas células de la piel para ayudar a reparar la piel rasgada y los vasos sanguíneos dañados.  Los glóbulos blancos, trabajan atacando cualquier germen que haya podido entrar en el corte, también se deshacen de cualquier célula muerta de la sangre o de la piel que pueda estar aún alrededor del corte. Cuando todo termina, se ha fabricado una nueva capa de piel.

Tratamiento

La costra  caerá por sí misma, al cabo de una o dos semanas. No se debe retirar ya que se puede deshacer la reparación y desgarrar de nuevo la piel, lo que significa que probablemente tarde más tiempo en cicatrizar o incluso pueda quedar una marca.

Los ungüentos cicatrizantes ayudan acelerar el proceso de cicatrización, aunque la mayoría de cortadas y raspaduras menores sanarán bien sin ungüento, estos medicamentos podrían acelerar la sanación y disminuir las cicatrices.