La importancia del apoyo familiar en la preeclampsia
La preeclampsia hace parte de un grupo de trastornos, que en conjunto reciben el nombre de enfermedad hipertensiva del embarazo. Es un problema frecuente que afecta del 2% al 8% de las mujeres embarazadas. Aunque en la mayoría de ocasiones se identifica de manera oportuna y responde bien al tratamiento (de modo que no se ocasionen problemas para la madre ni el bebé), a veces se da de manera súbita y es tan severa que puede causar complicaciones graves para ambos. Aproximadamente, el 15% de las muertes maternas se deben a la preeclampsia.
La preeclampsia se define como el aumento de la presión arterial, con cifras mayores o iguales a 140/90 mmHg, que ocurre después de la semana 20 del embarazo (tercer trimestres) y se acompaña de la eliminación de cantidades variables de proteínas en la orina (proteinuria). La preeclampsia se manifiesta por dolor de cabeza persistente, dolor en el abdomen, trastornos visuales (visión doble o borrosa e hipersensibilidad a la luz), náuseas, vómito, aumento rápido del peso (más de un kilogramo por semana), hinchazón (edema) severo de la cara, los brazos o las piernas y zumbido en los oídos (para conocer más acerca de la preeclampsia, haga clic aquí http://aldiaensalud.com/condiciones-de-salud/preclampsia.)
La preeclampsia comúnmente causa síntomas de ansiedad, relacionados al estado del bebé. Cuando se tiene que desembarazar a la mujer de manera prematura, aumenta la angustia por el recién nacido que se enfrenta a grandes complicaciones de salud y, en el peor de los casos, a la muerte. La combinación de la enfermedad materna, el estado post parto y la ansiedad que genera un recién nacido prematuro, contribuye al trauma físico y psicológico y por ende aumenta el riesgo del trastorno de estrés postraumático o PTSD (por sus siglas en inglés).
El PTSD se define como una reacción de ansiedad significativa seguida de un trauma extremadamente serio relacionado a la muerte, amenaza de vida severa u otro trauma severo personal o hacia otra persona. Este trastorno se manifiesta por miedo, adormecimiento emocional, apatía, irritabilidad, trastornos del sueño y problemas de concentración.
Esta condición se ha visto después del parto ante varias situaciones, siendo la presencia de complicaciones durante el embarazo como la preeclampsia, una de las principales. Se considera que una estrategia para superar los trastornos emocionales después del parto/cesárea es mediante el apoyo social, es decir, comunicarse con otras personas cuando se necesita.
El apoyo más efectivo es el que da la familia. La ausencia de este apoyo familiar aumenta la frecuencia de trastornos mentales. En este sentido, un estudio publicado en Iranian Red Crescent Medical Journal, se enfocó en determinar la relación entre el apoyo familiar post parto en casos de preeclampsia y el PTSD, dada la ausencia de estudios actuales.
Este estudio, publicado en el 2015, concluyó que entre más apoyo familiar durante la segunda y sexta semana después del parto, ocurrían menos casos de trastorno de estrés postraumático. Pero no se encontró asociación significativa con el apoyo durante el embarazo, el trabajo de parto, el parto/cesárea, apoyo durante la hospitalización y apoyo familiar y social después del parto/cesárea.
Este estudio es de suma importancia para las familias que se enfrentan a preeclampsia, tanto para la mujer que padece esta condición, como para la pareja y el resto de la familia de la mujer afectada. Entender la importancia del apoyo que se puede brindar e implementar en estos momentos después del nacimiento del bebé, puede tener un impacto enorme en la salud mental de la madre. Las personas más cercanas a la madre también deben conocer el PTSD, en especial signos de alarma y pedir ayuda profesional cuando se necesite. El PTSD asociado a preeclampsia es una condición mental que no se debe descuidar.
Fuentes
- Soltani, N., Abedian, Z., Mokhber, N., & Esmaily, H. (2015). The Association of Family Support After Childbirth With Posttraumatic Stress Disorder in Women With Preeclampsia. Iranian Red Crescent Medical Journal, 17(10).
Por:Redacción en Salud. Editores Académicos SAS.