Enfermedad coronaria

Cuando se ha sufrido algún tipo de lesión, el organismo desencadena una serie de procesos por los cuales busca repararse a sí mismo. En el caso de la enfermedad coronaria, cuando hay una lesión de las paredes internas de las arterias, se genera una placa de colesterol que se acumula sobre la lesión. Este proceso se conoce como aterosclerosis y lleva a que la arteria se bloquee de forma parcial o total.
Las lesiones internas de la arteria pueden ser de origen congénito o pueden adquirirse como consecuencia del consumo de tabaco, altos niveles de colesterol, hipertensión arterial o diabetes.

Es difícil saber cuándo una persona está desarrollando una enfermedad coronaria, ya que muchas veces pueden no presentarse síntomas, sin embargo hay signos de alerta que deben atenderse de inmediato:

• Dolor en el pecho (angina): Se presenta especialmente cuando se está bajo estrés físico o emocional. En algunos casos este dolor también se siente el abdomen, la espalda, el cuello, la mandíbula o los brazos.
• Dificultad para respirar.
• Fatiga extrema, incluso en actividades tranquilas.
• Cambios en la frecuencia cardiaca (arritmia)
• Mareo, debilidad y desorientación.

Además de hacer cambios en el estilo de vida, hay diferentes tipos de fármacos que puede ordenar el especialista para el tratamiento de la enfermedad coronaria:

• Ácido acetilsalicílico (ASA): Evitan que se formen coágulos y trombos.
• Betabloqueadores: Reducen el ritmo cardiaco y la presión arterial, y en consecuencia el corazón necesita menos oxígeno.
• Medicamentos para el colesterol: Aumentan el colesterol HDL y reducen el colesterol LDL y los triglicéridos.
• Nitroglicerina: Que puede ser administrada en tabletas, con atomizadores o con parches que se colocan en la piel. Ayuda a dilatar las arterias coronarias.
• Inhibidores de enzima convertidora de angiotensina y bloqueadores de receptores para angiotensina: Contribuyen a la reducción de la presión arterial.
• Calcioantagonistas: Relajan los músculos arteriales permitiendo un mejor flujo de la sangre.
• En algunos casos los medicamentos y los buenos hábitos no son suficientes y se requieren procedimientos más radicales:
• Angioplastia y revascularización: Por medio de un catéter se llega hasta la porción de la arteria que se ha bloqueado, y con un balón inflable o un dispositivo metálico metálica (stent), dilatan la arteria para que fluya mejor la sangre.
• “Bypass” coronario: Se trata de una cirugía a corazón abierto en la que se crea un desvío de la arteria para conectar los tejidos afectados con el torrente sanguíneo.

Para evitar y tratar, tanto la aterosclerosis como la enfermedad coronaria, es necesario introducir algunos cambios en el estilo de vida.

• Dejar de fumar.
• Ejercitarse regularmente
• Mantenerse en un peso saludable.
• Alejarse del estrés.
• Reducir el consumo de grasas, especialmente las de origen animal.
• Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra
• Incluir suplementos de Vitamina E en la dieta.
• Controlar periódicamente los niveles de colesterol y glicemia lo mismo que la presión arterial.

Consulte con el médico.

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1. Cassar A, Holmes DR, Rihal CS, Gersh BJ. Chronic Coronary Artery Disease: Diagnosis and Management. Mayo Clin Proc. 2009;84(12):1130-1146.
2.

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