Onicomicosis

Cualquier persona puede sufrir una infección por hongos en las uñas, pero la onicomicosis es más común en pacientes mayores de 60 años, con diabetes, psoriasis o problemas de circulación. El hongo tiende a crecer en lugares húmedos y calientes. Por lo tanto, las personas que nadan o cuyos pies sudan mucho tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

• Uñas gruesas.
• Uñas débiles y quebradizas.
• Uñas deformadas o con ondulaciones.
• Alteración del color de las uñas a blanco, amarillo o café.
• Dolor o molestia en el dedo comprometido.
• Si bien cualquier uña puede infectarse, la enfermedad es más frecuente en la uña del dedo gordo del pie.
• La afectación puede ser de una o más uñas; del pie, de la mano, o de ambos.
• Los paciente con onicomicosis pueden también sufrir de pie de atleta, una infección por hongos que compromete tanto las uñas como el pie.

1.Onicomicosis distal:

• Afecta principalmente la uña del dedo gordo del pie. Empieza con un cambio de color a blanco, amarillo o café en el borde externo de la uña que progresivamente se va extendiendo hacia adentro (en sentido contrario al del crecimiento de la uña).

2. Onicomicosis proximal:

• Empieza afectando la zona donde nace la uña para luego propagarse hacia fuera, en la misma dirección en la que esta crece. Es poco común y se presenta en personas con sistema de defensa débil como los pacientes con sida.

3. Onicomicosis superficial blanca:

• Se caracteriza por el hallazgo de puntos blancos en la superficie de una o varias uñas. Si no se tratan, crecen hasta comprometen toda la uña.

El tratamiento depende de la severidad de la infección y de las molestias del paciente. Si la infección es leve y poco fastidiosa se puede omitir el tratamiento farmacológico (una onicomicosis no tratada puede no desaparecer, pero tampoco tiene complicaciones a largo plazo). Cuando las personas aspiran o necesitan tratamiento se utilizan medicamentos contra los hongos llamados antimicóticos o antifúngicos durante seis a 12 semanas. Los antimicóticos como itraconazol y fluconazol se administran por vía oral y se pueden complementar con cremas y esmaltes antifúngicos. Estos medicamentos deben evitarse en personas con problemas del hígado o antecedente de insuficiencia cardiaca congestiva. Otros pacientes pueden requerir la remoción de la uña por medios quirúrgicos. Es importante tener en cuenta que hay casos en los que el tratamiento no funciona; las reinfecciones también son usuales.

El diagnóstico es esencialmente clínico. El médico inspeccionará los cambios en las uñas durante el examen físico. En algunos casos tomará muestras de la uña afectada para ser analizadas en el microcopio y determinar cuáles gérmenes son los responsables de la infección.

• Conserve los pies secos y limpios.
• Mantenga las uñas cortas.
• Evite compartir productos como cortaúñas y limas.
• Utilice sandalias, chancletas u otro tipo de calzado cuando entre a duchas desconocidas o camine por zonas húmedas. En general, evite caminar descalzo en áreas públicas.
• Use medias de algodón, limpias y secas y cámbielas cuando se mojen.
• Use guantes impermeables para tareas con agua como lavar platos o pisos. Asimismo, use guantes de algodón para tareas secas.

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