La perforación de la membrana timpánica es la ruptura o desgarro del tejido fino que separa el conducto auditivo externo del oído medio (tímpano).
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Causas
Las causas más frecuentes de perforación de la membrana timpánica son:
Infección del oído medio, también conocida como otitis media, con inflamación, acumulación de líquido y aumento de presión que ocasiona la ruptura.
Introducción accidental o intencional de cuerpos extraños en el conducto auditivo: copitos de algodón, horquillas del pelo u otros objetos.
Cambios repentinos de presión al interior del oído, asociados a golpes directos, viajes en avión o práctica de dportes bajo el agua como el buceo.
Traumatismos acústicos por exposición a ruidos o sonidos muy fuertes o a la onda expansiva de un disparo, una explosión cercana o un golpe en el oído con la mano abierta.
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Manifestaciones
1.Las manifestaciones de la ruptura de la membrana timpánica incluyen:
Dolor intenso de oído que disminuye o desaparece después de la perforación.
Secreción de líquido mucoide, purulento o sanguinolento después de la perforación.
Disminución significativa o pérdida completa de la audición.
Zumbidos o ruidos anormales en el oído.
Sensación de que todo gira alrededor, asociada o no a pérdida del equilibrio.
Náuseas o vómito desencadenados por la aparición de la sensación de vértigo.
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Complicaciones
1.La complicaciones de una perforación timpánica incluyen:
Disminución o pérdida de la audición.
Infección crónica o recurrente del oído.
Formación de quistes, conocidos como colesteatomas.
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Tratamiento
En buena parte de los casos, la perforación cicatriza de forma espontánea, la cirugía está indicada en casos de perforación que persiste durante más de 2 meses.
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Diagnóstico:
El diagnóstico se fundamenta en los antecedentes del paciente y en la visualización de la perforación, mediante el examen directo del tímpano a través de un otoscopio.
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Prevención
1.Las medidas generales de prevención de una perforación timpánica incluyen:
Llevar a cabo el tratamiento oportuno de las infecciones del oído.
Evitar la introducción de cuerpos extraños en el oído.
Usar protectores auditivos en presencia de ruidos muy fuertes o explosiones cercanas.
Emplear medidas de protección del oído durante los vuelos o las inmersiones en el agua.