No existe una cura definitiva para el síndrome de meniere, sin embargo puede prescribirse un tratamiento para el control de los síntomas durante las crisis y para el manejo posterior de las manifestaciones crónicas y/o de las complicaciones derivadas del cuadro.
El tratamiento médico de los episodios agudos incluye reposo en cama, restricción del consumo de sal y uso de medicamentos que aumentan la diuresis, con el fin de reducir el volumen de líquidos del organismo y en forma subsecuente, el volumen de endolinfa en el oído interno.
Cuando los síntomas afectan de manera significativa la calidad de vida y/o el estado general del paciente, puede ser necesario utilizar medicamentos para reducir la inflamación, atenuar la sensación de vértigo y controlar las náuseas y el vómito (antihistamínicos, sedantes y antieméticos).
El tinnitus y la pérdida auditiva deben ser objeto de atención especializada a la mayor brevedad posible, para reducir complicaciones posteriores y secuelas graves.
Dado que la enfermedad tiene una tendencia a la cronicidad, es importante insistir en la necesidad de mantener una dieta balanceada; evitar el consumo de alcohol, tabaco y cafeína; controlar el estrés y recibir información suficiente acerca de la enfermedad y sus implicaciones en la vida cotidiana.