Naríz, Oído y Garganta
El cerumen, producido por glándulas localizadas en el conducto auditivo externo, protege al oído de agresiones externas y su ausencia predispone a infecciones, rasquiña y oídos secos. En condiciones normales, el oído tiene su propio mecanismo de limpieza que consiste en la migración de cerumen hacia el exterior por lo que, en condiciones ideales, no es necesario limpiarnos los oídos. Sin embargo, hay circunstancias en las que la cera se acumula, bloquea el conducto auditivo y produce dolor y pérdida de la audición, lo que se conoce como tapón de cerumen.