Actividad física: La mejor estrategia de salud

“Si el ejercicio físico fuera una pastilla, no habría médico que no la recetara: reduce el riesgo de mortalidad por todas las causas, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, el cáncer de colon y mama, la diabetes mellitus tipo 2, el síndrome metabólico, la obesidad, la osteoporosis, la sarcopenia, algunos tipos de cáncer, la dependencia y las caídas en ancianos, el deterioro cognitivo, la ansiedad y la depresión”.

Con estas palabras, Pablo Linde, redactor de salud del diario El País de España, inicia un interesante artículo, publicado hace un par de días en el portal del medio, bajo el título El ejercicio físico es el ‘medicamento’ perfecto: ¿deberían los médicos recetarlo?, en el cual hace interesantes reflexiones acerca de la importancia de la actividad física para la salud de todas las personas y de la escasa frecuencia con que se prescribe por parte de los médicos.

Y es que, aunque se conocen de sobra los riesgos del sedentarismo y los beneficios de la actividad física, esta medida de promoción y mantenimiento de la salud ha sido, tradicionalmente, uno de los hábitos de más difícil incorporación en la vida de las personas, dada la tendencia de los seres humanos a adoptar los comportamientos que requieren “el menor esfuerzo”.

En ese contexto, la “prescripción” de ejercicio físico y el cumplimiento adecuado de la misma por parte de los pacientes debe enfrentar algunas barreras, incluyendo el bajo nivel de consciencia frente a las bondades de la actividad física, las características del estilo de vida actual, el nivel de conocimiento de los médicos para la prescripción, el tiempo requerido para educar a los pacientes y la determinación de estos para cumplir los acuerdos con su médico.

En cualquier caso, todos podemos sin necesidad de una prescripción médica, incorporar la realización de algún tipo de actividad física a nuestra vida cotidiana, después de todo, siempre es mejor caminar algunos pasos aunque no se alcancen las metas de ejercicio físico para nuestra condición particular, que permanecer sentados o acostados todo el tiempo.