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Cinco formas de prevenir la bursitis

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La bursitis corresponde a la inflamación de la bursa, un tejido que se encuentra alrededor de las articulaciones como el hombro, el codo, la muñeca, la cadera, la rodilla y el tobillo.

La bursitis se caracteriza por la presencia de dolor de aparición súbita que puede llegar, incluso, a impedir la movilidad de la articulación (lea también: bursitis). En este artículo explicaremos cinco formas de prevenir la bursitis y profundizaremos en los cuidados iniciales de la enfermedad.

Recomendación para prevenir la bursitis:

1.    Calentar y empezar  progresivamente.

Cuando las personas van a realizar algún deporte o esfuerzo, suelen confiarse o sobrevalorar su estado físico, lo que las puede llevar a que desarrollen fácilmente una lesión.

En ese sentido se recomienda tomarse de 10 a 20 minutos para calentar las articulaciones y los músculos y empezar el ejercicio de manera paulatina, aumentando la intensidad en un periodo de varios días a semanas. Esto se conoce como entrenamiento progresivo.

El entrenamiento puede hacer que una persona pueda llegar a niveles de alto rendimiento sin lesionarse en el proceso o al inicio del mismo. De igual forma se sugiere realizar actividad física todos los días con un periodo de descanso no superior a 48 horas y no únicamente los fines de semana.
 
2.    Conciencia de la postura y mantenerla de manera adecuada.

Cuando se realizan determinadas actividades que requieren una alta concentración, las personas tienden a olvidar por completo la postura en la que están. Esto puede hacer que, si pasado determinado tiempo la postura se mantiene y es inadecuada, se desarrolle dolor e inflamación, especialmente cuando la posición es repetitiva. Algunas actividades como yoga, pilates y determinadas técnicas mente-cuerpo pueden hacer que se desarrolle flexibilidad y mayor sensibilidad a la postura, pero como se mencionó en la recomendación 1, se deben realizar de manera progresiva. Sumado a esto, se deben realizar pausas y cambios de posición cada 20 a 40 minutos y pausas activas por lo menos dos o tres veces al día.

3.    Evitar comportamientos compulsivos.

Bien sea porque el trabajo así lo demanda o porque se establecen metas estrictas, caer en ciertos comportamientos compulsivos puede llevar a lesiones como la bursitis. Un ejemplo de ello puede ser: “no me voy a parar de aquí hasta que termine este trabajo”. Esto hace que la persona esté en esa posición que genera un impacto en la articulación por largo tiempo sin descanso y que, con el tiempo, se desarrolle la enfermedad.

4.    Escuchar el cuerpo.

El dolor es el mecanismo que tiene el cuerpo para avisar que algo está mal. Si se siente dolor, se debe tomar como un campanazo de alerta para detener la actividad que se está haciendo y revisar la postura o la situación que desencadena el dolor.

Por ejemplo, si se está realizando deporte como natación y después de un tiempo aparece un dolor en el hombro, es una clara señal para suspender la actividad en ese momento, estirar la articulación y descansar por unos días, siguiendo las recomendaciones del profesional de la salud.

5.    No someter el cuerpo a estrés innecesario.

Existen diferentes formas de hacer las cosas. Por ejemplo, levantarse de una silla se puede realizar haciendo uso de los músculos de la pierna o bien, haciendo uso de la articulación y los músculos del hombro y de la mano. La primera situación disminuye el riesgo de desarrollar bursitis, mientras que la segunda puede aumentar este riesgo.

¿Qué se debe hacer si aparece algún dolor en una articulación?

Lo primero que se debe hacer es suspender la actividad que se está realizando. Se recomienda seguir el algoritmo RHICE, es decir: reposo, hielo, compresión y elevación de la articulación afectada. Si el dolor se asocia a una determinada actividad se debe modificar y, si el dolor persiste, se debe consultar al médico para identificar tratamientos específicos y descartar la enfermedad.

Véase también:

Bibliografía:

  1. American College of Rheumatology. Bursitis. 2013.
  2. Instituto Nacional de Salud. Cómo prevenir la bursitis y la tendinitis. 2014.