Cómo enfrentar el duelo
El duelo es un proceso que debemos enfrentar todos los seres humanos después de una perdida ya sea a nivel emocional o material, las perdidas puede estar relacionada con el fallecimiento de un ser querido, el diagnóstico de una enfermedad, la separación de la pareja o la perdida de un empleo, de un objeto material o de algo o alguien que ha sido muy importante en nuestra vida.
Durante este periodo se debe avanzar en algunas fases que siguen unas a otras pero que no siempre se viven de forma lineal en todas las personas, ya que algunas avanzan y retroceden en el proceso por ser doloroso y difícil.
En este tiempo es común experimentar alteraciones que incluyen:
El duelo más difícil de enfrentar es la perdida de un ser querido y los niños y adolescentes no escapan a este dolor, aunque en su caso es más complejo tanto enfrentarlos a la noticia como entender la forma como elaboran el proceso de duelo.
- Cambios psicológicos como ansiedad, tristeza y rabia y dificultad para concentrarse.
- Cambios físicos como insomnio, pérdida del apetito, desgano.
- Sociales ya que usualmente cambian algunos roles familiares y es posible que se deban realizar reestructuraciones.
- Cambios de conducta ya que se presenta retraimiento y dolor.
El duelo más difícil de enfrentar es la perdida de un ser querido y los niños y adolescentes no escapan a este dolor, aunque en su caso es más complejo tanto enfrentarlos a la noticia como entender la forma como elaboran el proceso de duelo.
¿Cómo actuar ante la perdida de alguien cercano al niño?
Los adultos tienden a apartar a los niños y jóvenes de cualquier evento que les pueda inquietar, sin embargo en el caso del fallecimiento de un ser querido muy cercano para ellos, es un error ocultarles el suceso, evitar que participen en el duelo familiar es apartarles de una situación muy importante, no solo para su vida actual, sino para la futura. Ellos también necesitan conocer lo que está pasando, ofreciéndoles en todo momento explicaciones adecuadas para su nivel de entendimiento y permitiéndoles sentir el apoyo de la familia para enfrentarse a su propio duelo de la forma más natural posible.
No se les debe sobreproteger ni aislar de todo lo que suceda a su alrededor ni del cambio que la pérdida haya podido producir en la familia, participar de los ritos del funeral como la velación, el cortejo y el sepelio son importantes y ayudarán al niño, especialmente si ya están en la adolescencia, a afrontar la realidad y asimilar sus consecuencias. Sin embargo se debe dar total libertad de asistir o no, sin obligarlos ni presionarlos. Además es importante tener en cuanta que deben estar orientados por alguien de confianza que responda adecuadamente a sus preguntas, y les comente sobre las costumbres y celebraciones de los diferentes rituales de despedida.
Los niños y adolescente, igual que los adultos, tardarán algún tiempo en procesar su duelo y poco a poco irán enfrentándose con su dolor y elaborando las etapas del duelo, lo importante es que durante este proceso se sientan apoyados y acompañado de alguien que los guíe, con quien se sientan protegidos, esto hará que el niño vaya encontrando la forma de enfrentarse sanamente a su dolor y a aceptar la pérdida de la forma menos traumática posible.
Cuando fallece uno de los padres, lo más aconsejable es que el otro progenitor comunique lo ocurrido a los hijos lo antes posible ya los niños se darán cuenta de la tristeza y la conducta afligida de los adultos y esto aumentará su confusión y ansiedad y pueden llegara a mezclar la realidad con fantasía y esto no es conveniente para su desarrollo.
La persona que de la noticia debe estar preparada para enfrentar cualquier reacción que ir desde un estallido de rabia y llanto hasta acciones violentas como golpear y tirar las cosas a su alrededor, ante estas reacciones lo mejor es adoptar una actitud de firmeza y serenidad, sin ningún reproche, brindándoles apoyo y consuelo con abrazos y caricias, evitando que se puedan hacer daño a si mismos.
Hablar sobre el tema de la muerte ayudará al niño a comprender este concepto y asimilarlo como algo natural que ocurre a todos en cualquier momento y que se debe aceptar para poder continuar con una vida sana, de esta forma se podrá tener un espacio para el diálogo y el niño podrá entender que expresar lo que siente es el mejor camino para procesar el dolor.
Cuando se trata de una enfermedad grave muy avanzada de uno de los padres o de un hermano es mejor preparar al niño sobre el posible desenlace, de esta forma la noticia no lo tomará por sorpresa y podrá procesar con mayor tranquilidad el suceso.
Nunca oculte la verdad con excusas como decir que el ser querido se fue de viaje o esta hospitalizado, tarde o temprano se podrá enterar ya sea por nosotros mismos o por comentarios de otros y esto podría generar una perdida de la confianza y un resentimiento que aumentará el dolor.
Se debe permitir a los niños realizar todas las preguntas sobre el tema, respondiéndoles con la mayor sinceridad posible con palabras que sean correspondientes a su edad y madurez. Además se les debe insistir que es normal llorar, sentirse afligido y sentir tristeza y que es expresarlo esta bien.
Brindar a los niños todo el apoyo, el amor y las caricias es clave para superar esta etapa.
Es normal que en una primera fase se tendrán toda clase de sentimientos, muchos de ellos nuevos, extraños, dolorosos y posiblemente angustiosos que generarán sensaciones de incredulidad, inquietud, confusión, pensamientos que se repiten una y otra vez y oleadas de angustia que son lo más parecido a un estado de orfandad.
En esta etapa inicial se presentan reacciones físicas que producen debilidad muscular, llanto, temblor, náuseas, diarrea, bostezos, palpitaciones, boca seca, suspiros, problemas de sueño, pérdida del apetito, manos frías y sudorosas, que nos dan la sensación real de pérdida, de que “todo acabó”.
Por dura que sea la ausencia de una persona se debe enseñar que la vida continúa y debemos seguir viviendo y no aislarnos sino, al contrario, expresar y compartir nuestros sentimientos con quienes amamos y consideramos nuestros amigos ya que son ellos los que nos seguirán acompañando mientras continuemos en este mundo.
Con algunos niños es posible que en ocasiones sea necesario pedir ayuda especializada ya que no siempre resulta fácil conocer su proceso normal de aflicción y la concepción que deben tener de la muerte de acuerdo a su edad y desarrollo psicológico.
Léase también
Fuentes consultadas:
- A.M.A.D Asociación de mutua ayuda ante el duelo. El duelo en niños, adolescentes y jóvenes. http://www.amad.es/niños.htmlPsicoayuda. http://psicoayuda.jimdo.com/4-claves-para-mejorar/duelo/superaci%C3%B3n-del-duelo/
- Kidshealth.org. http://kidshealth.org/teen/en_espanol/mente/someone_died_esp.html