Coronavirus vs Influenza: En sus 15 minutos de fama

En los últimos meses la atención mundial ha estado centrada en la infección por coronavirus 2019 (COVID-19), una enfermedad respiratoria aguda que inició en China y se ha extendido a varios países del mundo, alcanzando en la actualidad más de 80.000 casos y cerca de 3.000 muertes.

Curiosamente, no se ha dado la misma publicidad a la influenza, una infección respiratoria aguda causada por varios tipo y cepas del virus de la influenza que afecta más de 1.000 millones de personas y causa más de 600.000 muertes alrededor del mundo, siendo una realidad más cercana a nuestro país.

De hecho, en la actualidad, enfrentamos el denominado “pico de enfermedades respiratorias”, un período del año que coincide con la temporada de lluvias, en el que se observa un aumento muy importante de las infecciones respiratorias agudas, en su gran mayoría producidas por el virus de la influenza, observándose complicaciones en casos de diagnóstico tardío y/o en personas con condiciones especiales de vulnerabilidad como los niños menores de 5 años, los mayores de 60 años y las personas que sufren enfermedades que disminuyen la eficacia del sistema de defensa.

En ese contexto e independiente de las razones que han permitido al coronavirus convertirse en protagonista de la situación de salud pública durante las últimas semanas, no hay que olvidar que se deben extremar las precauciones para evitar el contagio de la influenza, que dicho sea de paso, son las mismas que para la infección potencial por el coronavirus, con la diferencia que en el caso de la primera, existe una vacuna.

Así las cosas, disminuir el riesgo de contagio de la infección respiratoria aguda de cualquier origen, se logra a través de:

• Evitar el contacto con personas contagiadas.
• Lavar las manos con frecuencia, especialmente después de estornudar o entrar en contacto con una persona infectada.
• Utilizar tapaboca en sitios de exposición potencial al virus.
• Cubrir  boca y nariz con el brazo al toser o estornudar.
• Aumentar la ingestión de líquidos.
• Aplicar la vacuna contra la influenza
• Consultar al médico en caso de: fiebre elevada o persistente, dificultad para respirar, coloración morada de labios o uñas, retracciones de las costillas o silbidos al respirar.