¿Cuáles pruebas son útiles y cuáles no para diagnosticar la deshidratación en adultos mayores?
La deshidratación aparece cuando la cantidad de agua en el cuerpo es menor de lo que debería ser. Puede ser leve, moderada o severa dependiendo del total de líquido perdido y es una condición grave y potencialmente mortal. Las causas de deshidratación incluyen vómito, diarrea, infecciones y otras enfermedades gastrointestinales, eliminación excesiva de sudor u orina, fiebre, quemaduras y medicamentos como los diuréticos y los laxantes (ver más: Deshidratación).
Síntomas para identificar la deshidratación
Los síntomas y signos van desde sed y boca sutilmente seca (en el caso de una deshidratación leve) hasta confusión, somnolencia, pulso y respiración rápidas y débiles, labios azulados, manos y pies fríos y producción escasa de lágrimas y orina (en el caso de una deshidratación severa). El diagnóstico se realiza con la historia clínica y el examen físico y el tratamiento se basa en la administración de líquidos y electrolitos.
Hay evidencia que sugiere que la deshidratación es común en las personas de la tercera edad en quienes se asocia a múltiples causas de morbilidad y mortalidad. Sin embargo, no está claro qué elementos como síntomas, signos y exámenes pueden emplearse para diagnosticarla tempranamente en esta población, antes de que comprometa la salud y el bienestar de los pacientes.
Así las cosas, investigadores en el Reino Unido llevaron a cabo una revisión de la literatura para determinar la exactitud de diversos elementos para la detección temprana de deshidratación en adultos mayores de 65 años.
La precisión de cada elemento fue comparada con el gold standard (o estándar de oro, que hace referencia a la mejor prueba disponible para el diagnóstico de deshidratación). A partir de los pocos estudios hallados en la revisión de la literatura, los investigadores concluyeron que solo tres tienen la habilidad de detectar la deshidratación en personas de la tercera edad por sí solos (es decir, sin la ayuda de otros síntomas, signos o exámenes): cuando el paciente refiere fatiga, cuando no ingiere líquidos entre comidas y el análisis de impedancia bioeléctrica (método para calcular la composición de un cuerpo que se basa en la medición de la resistencia que este opone al paso de una corriente).
No hubo un solo elemento que fuera consistente en todos los estudios descubiertos en la revisión y la combinación de dos o más de ellos mostró aumentar la exactitud del diagnóstico. La ingesta de líquidos, la densidad, el volumen y el color de la orina, la frecuencia cardiaca, la sequedad de la boca, sentir sed y el análisis de bioimpedancia eléctrica no son útiles y no deben utilizarse para detectar deshidratación en adultos mayores.
Finalmente, los investigadores concluyeron que la evidencia sobre la capacidad de un síntoma, signo o examen para diagnosticar deshidratación en una persona de la tercera edad es muy limitada. No se debe recurrir a un solo elemento —sino a la combinación de dos o más para mejorar la exactitud del dictamen— pues esto dejaría sin diagnóstico a una alta proporción de pacientes con deshidratación y, además, diagnosticaría erróneamente a algunos sin la condición.
Véase también:
- Cómo prevenir la deshidratación en niñas y niños con diarrea
- ¿Cómo acortar la duración de la diarrea?
- Recomendaciones para evitar el guayabo
- Prevenir quemaduras de sol
- Actualidades en gastroenteritis
Referencias bibliográficas
Hooper L, Abdelhamid A, Attreed NJ, Campbell WW, Channell AM, Chassagne P, Culp KR, Fletcher SJ, Fortes MB, Fuller N,Gaspar PM, Gilbert DJ, Heathcote AC, Kafri MW, Kajii F, Lindner G, Mack GW, Mentes JC, Merlani P, Needham RA, Olde Rikkert MG, Perren A, Powers J, Ranson SC, Ritz P, Rowat AM, Sjöstrand F, Smith AC, Stookey JJ, Stotts NA, Thomas DR, Vivanti A,Wakefield BJ, Waldréus N, Walsh NP, Ward S, Potter JF, Hunter P. Clinical symptoms, signs and tests for identification of impending and current water-lossdehydration in older people. Cochrane Database Syst Rev. 2015 Apr 30;4:CD009647.
Por: Redacción Salud. Editores Académicos SAS. Julio 29 de 2015.