Ejercicios y dieta para la artritis
La artritis, es decir, la inflamación dolorosa de las articulaciones, a menudo acompañada de limitación del movimiento, es un problema de salud que afecta sobre todo a las personas mayores de 40 años y en especial a las mujeres. Si bien diversas enfermedades de las articulaciones se manifiestan por artritis, las más importantes son la artritis reumatoide y la osteoartritis.
Como se trata de una enfermedad crónica y progresiva, de modo que con el tiempo va destruyendo cada vez más las articulaciones, es fundamental que el diagnóstico se haga lo más tempranamente posible para iniciar de manera oportuna los tratamientos dirigidos a controlar la enfermedad, frenar el daño que ocasiona en las articulaciones y aliviar el dolor.
El tratamiento de la artritis comprende el uso de diversos tipos de medicamentos (antiartríticos y antiinflamatorios no esteroideos), así como medidas generales que incluyen una dieta adecuada y ejercicio.
El ejercicio ayuda a disminuir el dolor y la rigidez, mantiene la flexibilidad y el movimiento de las articulaciones, aumenta o conserva la fuerza de los músculos y aumenta la resistencia muscular. Cuantos más fuertes estén los músculos y los tendones, mayor será la capacidad de mantener la función de las articulaciones debilitadas por la artritis, a la vez que conserva la capacidad de movimiento y ayuda a frenar el daño articular y la deformidad.
Por eso es muy importante que las personas con artritis se mantengan activas todos los días y hagan ejercicio, al menos por 30 minutos cuatro veces a la semana.
El programa de ejercicios debe ser elaborado por un profesional especializado (terapista físico), según las características individuales de cada persona (considerando factores como la edad, el estado físico y las articulaciones afectadas) y el tipo de artritis que tenga.
Con respecto a la dieta, se aconseja que las personas con artritis eviten ciertos alimentos y consuman otros, de acuerdo con el tipo de artritis que padecen y sus condiciones generales de salud (por ejemplo, si sufren otras enfermedades).
En general, una dieta apropiada debe incluir una buena cantidad de pescados ricos en ácidos grasos omega 3 (como salmón, sardinas, atún), verduras y ciertas hortalizas de hojas verdes (lechuga, apio, brócoli), hortalizas ricas en betacarotenos como zanahoria, calabaza, y ahuyama, frutas (manzana, mangos, peras, ciruelas, duraznos, papaya), cereales (preferiblemente integrales y no refinados) y frutos secos (maní, nueces). Es importante reemplazar las grasas saturadas (como la mantequilla o la manteca) por grasas poli-insaturadas de origen vegetal (aceite de girasol, aceite de oliva, aceite de canola).
Como ciertos alimentos pueden favorecer la progresión de la artritis, es importante evitarlos y algunos de los que no se recomienda consumir incluyen las bebidas alcohólicas, las gaseosas, los embutidos, las espinacas y la remolacha (por su alto contenido de oxalatos, que pueden convertirse en cristales y depositarse en las articulaciones).
Si una persona tiene artritis, es conveniente solicitar la orientación de un nutricionista para definir el tipo de dieta más conveniente, según la variedad de artritis y las condiciones de salud de cada persona.
Véase también:
Artritis
Limitación de movimientos
Rigidez de la nuca
Dolor en las extremidades
Deformación articular
Bibliografía
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