Fatiga crónica
Las demandas constantes de un mundo cada vez más exigente, competitivo y cambiante, han convertido expresiones como “sentirse agotado”, “no tener fuerzas ni para mover un músculo” o “querer pasar todo el día en la cama”, en lugares comunes en las conversaciones y las consultas médicas de muchas personas, independiente de la edad, el rol que desempeñan en la familia y la sociedad y sus condiciones de vida.
Sin embargo, esa sensación de cansancio intenso y continuo que no disminuye con el reposo cotidiano y que puede empeorar con la realización de actividades físicas o mentales, podría estar desencadenada por una enfermedad conocida como síndrome de fatiga crónica, un padecimiento incluido por la Organización Mundial de la Salud en el grupo de trastornos que afectan al sistema nervioso central y cuya frecuencia ha ido en aumento.
Hace un par de días, la Gaceta de la Universidad Autónoma de México, publicó un interesante artículo acerca de este padecimiento que suele resultar de difícil diagnóstico por la gran probabilidad de confusión con una gran variedad de condiciones médicas comunes, entre las que se incluyen ansiedad, depresión, trastornos del sueño, estrés crónico y algunas enfermedades neurológicas.
El síndrome es más frecuente en mujeres que en hombres, en una proporción de dos a uno, observándose principalmente en personas mayores de 40 años, en las que genera un alto grado de discapacidad, una gran carga de estrés y un compromiso muy importante de la calidad de vida, lo que da lugar a un círculo vicioso que perpetúa los síntomas a lo largo del tiempo.
Los síntomas más frecuentes son sensación de cansancio físico y mental constante, dolor de cabeza, músculos y articulaciones, inflamación de la garganta y los ganglios linfáticos, dificultad para la concentración y la memoria, mala calidad del sueño e irritabilidad, estableciéndose como criterio diagnóstico una duración superior a seis meses.
La mayoría de los pacientes mejora con tratamiento psicoterapéutico y una rutina progresiva de ejercicio físico, prescrita y supervisada por un profesional de la salud, sin embargo, en algunos casos, especialmente en presencia de un trastorno asociado como la depresión, puede ser necesaria la administración de medicamentos para el control adecuado de los síntomas.
Fuentes
López R. El síndrome de fatiga crónica, difícil de diagnosticar. Gaceta Universidad Autónoma de México 2020.