La viruela del mono: ¿Debemos preocuparnos?

La aparición de un caso de la viruela del mono en Reino Unido el 7 de mayo encendió las alarmas. Con el paso de los días, la enfermedad comenzó a propagarse, habiéndose confirmado dos semanas después ochenta casos en once países del mundo, por parte de la Organización Mundial de la Salud

De acuerdo con la directora de epidemiología y demografía del Ministerio de Salud y Protección Social, Claudia Cuéllar, “la viruela del mono es una enfermedad viral que se transmite de los animales a los seres humanos, se presenta en áreas de selva tropical de África central y occidental, aunque ocasionalmente se exportan casos a otras regiones”. 

Según la misma funcionaria, “es importante tener en cuenta que el virus se transmite de una persona a otra por contacto cercano con lesiones, fluidos corporales, gotitas respiratorias y materiales contaminados como la ropa de cama” y aunque se han reportado varios casos por transmisión sexual, no es la única vía.

Por otra parte, manifestó que su presentación clínica es similar a la que se ve con la viruela humana, aunque es considerada por la evidencia como menos grave, caracterizándose por sarpullido, fiebre de intensidad variable, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, inflamación de los ganglios linfáticos, escalofríos y sensación de agotamiento.

Hasta el momento no se han reportado casos graves, no se han presentado muertes asociadas al cuadro ni se han detectado casos en Colombia. También es importante aclarar que no estamos en la misma situación que con el COVID-19 porque este es un virus conocido, no uno nuevo y tenemos vacunas y tratamientos desde hace varias décadas.

En la mayor parte de los casos se pasa como una enfermedad leve, aunque puede complicarse en niños pequeños, mujeres embarazada y personas con problemas del sistema de defensa, se propaga más lentamente que el COVID - 19 y el sarpullido distintivo y doloroso hace que sea más difícil pasar por alto los casos de la enfermedad, lo que facilita encontrar a las personas contagiadas y vacunar a quienes corren el riesgo de contraerla.