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Terapia conductivo-conductual: una excelente opción para tratar la fobia social

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Las fobias son un tipo de trastorno de ansiedad que se caracterizan por desagrado o miedo extremo e irracional a un escenario o estímulo que no representa un peligro real. Las fobias generan reacciones físicas y fisiológicas muy intensas que pueden comprometer significativamente el bienestar y la calidad de vida de quien las padece.
A pesar de no estar del todo elucidadas, las causas de las fobias incluyen factores genéticos, haber vivido situaciones traumáticas y cambios en los niveles de los neurotransmisores, las sustancias que transmiten información de una neurona a otra (ver más: Fobias).

Hablamos de fobia social cuando el paciente experimenta miedo intenso, persistente y crónico al contacto con otras personas y a ser observado y juzgado por ellas.

El tratamiento de elección es un tipo de terapia cognitivo-conductual (TCC) llamada terapia de exposición en la que el paciente se enfrenta a la razón de su miedo, con la compañía de un experto, para desensibilizarse progresivamente hasta que la ansiedad disminuya e incluso desaparezca. Puede ser necesario recurrir a medicamentos cuando los síntomas son demasiado severos e incapacitantes.

La fobia social es uno de los trastornos de ansiedad más comunes en la población infantil y está asociada a una miríada de complicaciones a corto y largo plazo; por esto, investigadores en todo el mundo han ejecutado diversos estudios para ampliar el entendimiento de la patología.

Científicos en Australia llevaron a cabo una investigación para determinar la eficacia de la TCC realizada intensivamente y en grupo. En el estudio participaron 40 niños entre los 7 y los 12 años de edad los cuales fueron divididos en dos grupos: un grupo recibió TCC y el otro no.

Los investigadores entrevistaron a los pacientes en tres momentos para establecer el estado de la enfermedad: antes, inmediatamente después y seis meses después del tratamiento. Además, en los mismos tres momentos administraron cuestionarios a padres e hijos para evaluar los síntomas de ansiedad, la internalización de los mismos, el nivel de depresión y las habilidades sociales. La TCC fue realizada en cuatro sesiones de tres horas repartidas en tres semanas consecutivas.

Al culminar el estudio, el 52% de los niños que recibieron TCC y el 16% de los niños que no recibieron la terapia estaban libres de la enfermedad. Comparado con los que no recibieron TCC, los pacientes que sí recibieron la terapia mostraron una reducción en la severidad de la enfermedad, un incremento en el funcionamiento global, una reducción en los síntomas y en la internalización de los mismos y un incremento en las habilidades sociales.

Seis meses después de finalizado el estudio, el 8% de los niños que recibieron TCC estaban libres de la enfermedad y las ganancias en los demás parámetros mencionados anteriormente se mantuvieron.

Los resultados de este estudio son alentadores al sugerir que la TCC intensiva y en grupo puede ser una excelente opción de tratamiento para los niños que conviven y luchan con fobia social.

Véase también:

Fuentes

Donovan CL, Cobham V, Waters AM, Occhipinti S. Intensive group-based CBT for child social phobia: a pilot study. Behav Ther. 2015 May;46(3):350-64.

Por: Redacción Salud. Editores Académicos SAS. Junio 20 de 2015.