Vacunación: Amor por una vida sana
Padres de familia mantenerse atento a la vacunación de nuestros niños es un acto de amor muy importante que permanecerá durante el tiempo y se verá reflejado en una mejor salud y desarrollo de nuestros hijos.
La vacunación es uno de los acontecimientos más grandes de salud pública del siglo XX. Enfermedades como la rubéola, la difteria y la tos ferina, que cobraron la vida de decenas de miles de recién nacidos cada año en los EE.UU, ahora son evitadas mediante la vacunación.
De acuerdo con un informe realizado por investigadores de la Sociedad Americana de Pediatría, la vacunación infantil en los EE.UU. ha prevenido alrededor de 10,5 millones de casos de enfermedades infecciosas y 33.000 muertes por año.
Aún cuando han existido voces divergentes respecto de la importancia y seguridad de la vacunación, actualmente no cabe duda que la inmunización con sustancias biológicas fabricadas en laboratorio ha liberado paulatinamente a la raza humana de una serie de enfermedades infecciosas que la han azotado desde tiempos remotos como polio, difteria, tos ferina, hepatitis B, sarampión, rubéola, paperas (parotiditis); entre otros.
En la década de 1950, poco se conocía sobre las respuestas de defensa del cuerpo a las enfermedades; hoy, 60 años después, una disciplina científica llamada “inmunología” y una especialidad médica llamada “alergología”, han planteado principios sobre cómo funciona el cuerpo, cómo crea defensas y cómo puede recibir inmunizaciones de forma pasiva (como con los anticuerpos que pasan de la madre al feto) o activa (como ocurre con las vacunas).
En sus inicios, las vacunas eran aplicadas de manera incluso experimental y como resultado de campañas masivas en diversos países. Hoy, las cosas son diferentes, al punto de existir un programa especialmente trazado, el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), de alcance continental y mundial, coordinado por la Organización Mundial de la Salud y los países miembros.
Este programa constituye una acción conjunta con organismos internacionales interesados en reducir la frecuencia de enfermedades y muertes debido a infecciones que se puedan prevenir con vacunas, bajo un decidido compromiso en su control, eliminación y erradicación.
La inmunización es de hecho la estrategia más efectiva en costos versus cobertura y protección para niños y adultos de la tercera edad.
El médico pediatra, el médico atención primaria o la enfermera que atiende el atiende el programa de promoción y prevención informarán a los padres sobre el esquema de vacunación apropiado para sus hijos. El médico será quien defina si un niño debe ser vacunado o no cuando se presentan circunstancias especiales, tales como inmunosupresión o enfermedad crónica, así como en casos de reacciones adversas a alguna vacuna (como puede ser fiebre, ronchas, malestar o irritabilidad, llanto inconsolable), las cuales suelen ser leves y pasajeras, sin embargo ante cualquier síntoma que perdure en el tiempo y el niño se muestre decaído y enfermo se debe acudir de inmediato a los servicios de urgencia.
En general la gripa no es una contraindicación o freno para vacunar a los niños, pero se debe procurar que el niño este en óptimas condiciones de salud para aplicar las vacunas.
Una gran ventaja del PAI consiste en el subsidio económico, es decir que este sistema de vacunación cubre el costo de las vacunas que están dentro del programa, las cuales deben ser pagadas por los Estados, luego los padres no tendrán que sacar del bolsillo moneda alguna, solamente su identificación y el carnet de vacunación de los niños; de ahí la importancia para los padres de conservarlo y portarlo en todo momento cuando vayan con sus hijos.
Padres, recuerden que conservar el carnet y asistir a las jornadas de vacunación en las fechas adecuadas, acordes con el esquema proporcionado por el médico pediatra, es fundamental para conservar la buena salud de nuestros niños, esto les ayudará a defenderse de micro organismos que podrían provocarles infecciones que afectarían su normal desarrollo y bienestar y en algunos casos dejar terribles secuelas que podrían cambiar sus vida.
Según la Academia Americana de Pediatría, la mayoría de las vacunas infantiles son 90 a 99% eficaces en la prevención de las enfermedades. Además en los casos en la cuales niños que han sido vacunados y contraen una enfermedad, a pesar de estar vacunado contra la misma, por lo general tienen síntomas mucho más leves y complicaciones menos graves que un niño no vacunado que presenta la misma enfermedad.
Véase también:
Fuentes
- http://www.minproteccionsocial.gov.co/salud/Paginas/pai.aspx
- http://medicosgeneralescolombianos.com/Vacunacion.htmAmerican Academy of Pediatrics, "Why Does My Child Need to be Immunized?," www.healthychildren.org (accessed Dec. 17, 2009)American Academy of Pediatrics, "Quick Facts: What You Need to Know Diphtheria, Tetanus, and Pertussis," www.aap.org (accessed Jan. 11, 2010) ?