Por lo general, la neumonía requiere de la administración de medicamentos. Por tratarse de gérmenes muy específicos, que en muchos casos han generado resistencia, es importante seguir las indicaciones del médico al pie de la letra. Las estrategias usuales, en neumonía, incluyen:
- Antibióticos: dependiendo de la bacteria pueden usarse Azitromicina, Claritomicina o Eritromicina. En pacientes que presentan otras enfermedades como diabetes, EPOC o cardiopatías puede ser necesario el uso de Levoflozacina, Cefuroxima, Cefpodoxima, Amoxicilina sola o combinada con Ácido clavulánico. Cuando se presenta resistencia pueden usarse antibióticos más potentes como Ceftriazona y Cefotaxima.
- Antivirales: en caso de neumonías de origen viral.
- Antipiréticos: en neumonía se usan antipiréticos endovenosos para reducir la fiebre.
- Antitusivos y expectorantes: para controlar la tos y permitir que la secreción mucosa fluya más fácilmente.
En casos en que el tratamiento inicial con medicamentos fracase, el paciente sea un niño pequeño o un adulto mayor de los 65 años, es conveniente que sea hospitalizado.