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¿Por qué controlar la ingesta de dulces?

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En algún momento de nuestras vidas todos hemos sentido un antojo y/o deseo incontrolable por consumir dulces en cualquiera de sus formas, ya sea chocolates, caramelos, tartas, refrescos, mermelada, bizcochos, postres, galletas, etc.
Aunque su sabor es muy apetecible al paladar, los productos ricos en azúcar aportan muy pocos nutrientes a nuestro organismo y por el contrario pueden ser perjudiciales para la salud.

El deseo continuo y exagerado por comer algún tipo de alimento concreto, en particular por los dulces, es una compulsión crónica que afecta a un alto porcentaje de personas.  

La planta de caña de la cual se extrae la materia prima para procesar el azúcar refinada, hizo su llegada a nuestro continente hacia el siglo XVI, a través de las carabelas de los conquistadores españoles, desde entonces, la sana costumbre indígena de endulzar los alimentos con miel, fue sustituida por el uso del azúcar, y su fácil obtención permitió su adición a un sin fin de alimentos, siendo uno de los mayores errores de la sociedad occidental debido a que el consumo excesivo de azúcar puede provocar a largo plazo enfermedades cardiovasculares, sobrepeso, obesidad, caries y diabetes. En la actualidad existen más de 150 millones de personas con diabetes en el mundo y para el 2025 se duplicará esta cifra sobretodo en los países en desarrollo, según la Organización Mundial de la Salud.  

El azúcar refinado durante la etapa de procesamiento, es despojado de todos sus nutrientes, por lo que requiere minerales y vitaminas de los tejidos para ser metabolizado por el organismo, convirtiéndose rápidamente en glucosa y luego en grasa almacenada, interfiriendo de esta forma con la asimilación de sustancias que sí son indispensables.  

A continuación se describen algunos de los efectos nocivos del azúcar en nuestro organismo:

  • Suprime el sistema inmunológico.
  • Contribuye al envejecimiento prematuro y la osteoporosis.
  • Favorece el desarrollo de la obesidad y el sobrepeso.
  • Desarrollo de caries dental.
  • Daño en el páncreas (órgano que produce la insulina, hormona que  controla el nivel de glucosa en el organismo)
  • Provoca alteraciones en la visión.
  • Genera acidez, indigestión y mala absorción de los alimentos.
  • Puede generar varices debido al daño en el endotelio de los vasos sanguíneos.
  • En los niños es muy común la hiperactividad y ansiedad después de consumir dulces.
  • Puede producir mareos, desmayos y migrañas constantes

Después de consumir azúcar directamente o en platos elaborados, el cerebro recibe un pico de energía y aumenta la producción de sustancias químicas, generando una sensación de placer e hiperactividad por dos horas aproximadamente, pero luego bruscamente los niveles de glucosa bajan produciendo somnolencia y depresión. Por tal razón el azúcar se considera un producto adictivo; mientras más comes, más necesitas para sentirte satisfecho.

Una vez que se toma conciencia de los efectos negativos de consumir dulces en exceso, es importante cambiar los hábitos alimenticios de la familia. Se puede iniciar con alternativas sencillas como eliminar de la lista de compras en el supermercado productos que contengan azúcar y reemplazarlos por frutas, quesos y frutos secos, además se sugiere seguir las siguientes recomendaciones:

  • Brindar a los niños cinco porciones moderadas de comida al día, esto evitará espacios durante el día para comer dulces, ya que aumenta la sensación de saciedad en los pequeños.
  • Aumentar el consumo de alimentos que contienen fibra, esto además de beneficiar el adecuado tránsito intestinal también provoca sensación de saciedad. Las mejores opciones son las frutas, los cereales integrales y las verduras.
  • Llevar a los pequeños a chequeos médicos periódicos y determinar si los niveles de glucosa son normales, especialmente si se tiene historia familiar de diabetes.
  • Aumentar el consumo de agua.
  • Preferir los alimentos sin azúcar, se puede empezar por no agregar dulce a biberones y jugos.
  • Controlar las porciones de sus alimentos.
  • Cepillar los dientes inmediatamente después de cada comida, el sabor mentolado de los dentífricos distraerá el antojos de dulce, además de mantener la dentadura libre de caries.
  • Si el deseo del niños de ingerir dulces es incontrolable se sugiere iniciar poco a poco con la supresión del azúcar para no generar ansiedad.

Se debe tener en cuenta que no es recomendable ofrecer a los niños recompensas relacionadas con dulces cuando logran un objetivo, pues aunque el tema de las recompensas funciona muy bien con ellos, esta práctica no es recomendable para la salud física y emocional del pequeño ya que no deben relacionar la obtención de logros con obtención de dulces, prefiriera las recompensas relacionadas con los juegos de su preferencia.

Véase también:

Fuentes

  1. Larroca, F. Monografias. Com. El azúcar y sus efectos (no tan dulces) en la salud, tanto emocional como física.
  2. Disponible en http://www.monografias.com/trabajos50/efectos-azucar/efectos-azucar2.shtml#ixzz2a05iOsF8
  3. Medlineplus. Edulcorantes y Azúcar. Mayo 2011
  4. Sidney W.  Dulzura y Poder: El lugar del azúcar en la industria moderna. 1a ed. Madrid: Siglo 21 de España Ediores; 1996. Pág 13 a 45. Disponible en
  5. Torres, M; Sandoval, M y Pando, M. “Sangre y Azúcar” Representaciones sobre la diabetes en los enfermos crónicos en un Barrio de Guadalajara. México. Cad. Saude Pública, Río de Janeiro, 21(1):101-110, jan-fev, 2005. Disponible en http://www.scielo.br/pdf/%0D/csp/v21n1/12.pdf