Una alimentación adecuada en los niños ayuda a prevenir la anemia
La anemia es una enfermedad que se caracteriza por una cantidad inferior de glóbulos rojos y hemoglobina en la sangre, que puede presentarse tanto en niños como en adultos (ver también: anemia). Existen varios tipos de anemia y las causas pueden ser muy diferentes.
En un estudio que fue publicado en el 2010 en la revista ‘Pediatrics’, se encontró que el tipo de anemia más común en los menores de edad, es la anemia causada por déficit de hierro.
En el estudio se detectó que los niños con mayor riesgo de anemia fueron aquellos que nacieron prematuramente, tuvieron bajo peso al nacer, sufrieron de alguna enfermedad crónica o niñas con inicio temprano de la menstruación.
Frente a este último punto, vale la pena recordar que la edad del inicio de la menstruación varía de persona a persona. Es normal que se presente desde los 10 hasta los 16 años, pero se considera un inicio temprano cuando la niña tiene menos de 12 años.
En la mayoría de los casos las niñas con menarquia temprana no presentan ningún inconveniente y suelen ser personas sanas, pero en algunos casos, cuando el sangrado es abundante y está acompañando de condiciones sociales que conllevan a malos hábitos nutricionales o desnutrición, las niñas pueden desarrollar anemia.
Gran parte de la prevención de la anemia se asocia con una adecua alimentación, no sólo en los primeros años de vida, sino también desde el embarazo. Por ejemplo, en un estudio publicado en 2014 que incluía 984 niños, se encontró que la nutrición de la madre es muy importante para garantizar la calidad de la leche en los primeros meses de vida, que será la que le aporte los nutrientes y las defensas para los primeros años de vida. La recomendación actual de la Organización Mundial de la Salud es la lactancia materna exclusiva como primera opción de alimentación para el recién nacido.
Adicionalmente a partir de los 6 meses, se recomienda que la dieta se complemente con alimentos ricos en hierro o fórmulas de leche que lo contengan, para evitar la anemia.
Durante la infancia se ha visto que el consumo de alimentos ricos en vitamina C ayuda a la absorción de hierro, por lo que se recomienda usar en las ensaladas aderezos con jugo de limón, toronja o naranja.
Adicionalmente, siempre hay que tener en cuenta que cuando se alimenta a un niño se deben suplir sus necesidades nutricionales básicas, tanto de proteínas, grasas y carbohidratos, como de los minerales esenciales como el calcio, el zinc y el hierro. Dentro de los alimentos ricos en hierro se encuentran los pescados, los granos, las carnes rojas, algunos vegetales como el brócoli y la espinaca, y las nueces.
En el caso de los niños vegetarianos se recomienda hacer un seguimiento estricto con el médico y el nutricionista. En adolescentes con inicio de la menstruación se debe hacer seguimiento con cuadro hemático para verificar que se esté cumpliendo con el aporte diario de hierro.
En estos niños es fundamental mantener un buen aporte de granos y grandes porciones de ensaladas, pues el hierro de origen vegetal no tiene la misma absorción que el hierro que se encuentra en las carnes y por lo tanto, la cantidad de alimento debe ser mayor.
A pesar de una nutrición adecuada, algunos niños pueden desarrollar anemia. Ante la sospecha de esta enfermedad, se debe consultar con el médico para hacer un diagnóstico adecuado y descartar anemias debidas a condiciones genéticas como la anemia de células falciformes, una condición en la que los glóbulos rojos tienen una forma diferente, lo que hace que se rompan.
Véase también:
Fuentes
- Luo, Renfu, et al. "Anemia and Feeding Practices among Infants in Rural Shaanxi Province in China." Nutrients 6.12 (2014): 5975-5991.
- Baker, Robert D., and Frank R. Greer. "Diagnosis and prevention of iron deficiency and iron-deficiency anemia in infants and young children (0–3 years of age)." Pediatrics 126.5 (2010): 1040-1050.
- Centers for diseases control and prevention. Healthy youth. (2010)
Redacción Salud. Editores Académicos SAS