Dependiendo del estado de la paciente se establecerá el tipo de manejo; ambulatorio u hospitalario. El manejo ambulatorio es para las pacientes estables que no requieren vigilancia médica constante y pueden tomar sus medicamentos en casa. El manejo hospitalario, por su parte, es para las pacientes que requieren mayores cuidados y medicamentos.
El tratamiento también depende del tipo de aborto espontáneo. En caso de ser un aborto retenido o incompleto, se iniciará manejo para lograr el vaciamiento completo del útero, el cual se puede alcanzar por medio de medicamentos o procedimientos quirúrgicos. El tratamiento con medicamentos se utiliza antes de iniciar el tratamiento quirúrgico tanto en mujeres con aborto temprano como en mujeres con aborto tardío. Los medicamentos más utilizados son el misoprostol, que sirve para madurar el cuello del útero, y la oxitocina, para generar contracciones y expulsar los restos dentro del útero. El tratamiento quirúrgico conocido como legrado, busca extraer los restos de forma manual.
En caso de una amenaza de aborto, se brindará apoyo médico y se realizarán controles periódicos para hacer seguimiento a la paciente y su bebé. En caso de una infección urinaria o genital, se utilizarán antiespasmódicos, progesterona y antibióticos.
En todos los casos, el personal médico brindará apoyo psicológico para acompañar a la persona y sus familiares a lo largo del proceso. El médico también informará sobre los diferentes métodos anticonceptivos, en caso de que así lo desee.