A diferencia de la mayoría de los cánceres, el de cuello uterino puede prevenirse. Una de las alternativas más importantes es detectar a tiempo ciertos cambios en las células del cuello uterino (precancerosos) mediante la realización de citologías periódicas, pues esto permite realizar distintos tratamientos que detienen la progresión de la enfermedad.
Es importante que todas las mujeres sexualmente activas se practiquen citologías con regularidad, al menos una vez cada año, preferiblemente a partir de los tres años siguientes a la primera relación sexual y antes de los 21 años.
Hasta cumplir 30 años lo más apropiado es una citología anual y a partir de esta edad, si por lo menos 3 citologías consecutivas han dado resultados normales, entonces la citología puede hacerse cada 2 ó 3 años hasta cumplir 70 años.
Otras formas de prevención comprenden: Aplazar el inicio de las relaciones sexuales; limitar el número de compañeros sexuales; y aplicarse la vacuna contra el virus del papiloma humano (especialmente en las niñas y adolescentes de 11 a 18 años y en las mujeres jóvenes mayores de 18 años que no han tenido relaciones sexuales).
Consulte con el médico.