La depresión, aun en los casos más graves, es una enfermedad con muy buenas posibilidades de tratamiento. Las opciones disponibles incluyen:
1.Tratamiento farmacológico con antidepresivos: actúan sobre los neurotransmisores, alterando el paso de los impulsos nerviosos. Algunos de los tipos más comunes de antidepresivos incluyen:
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina: Fluoxetina, Paroxetina, Sertralina, Citalopram y Escitalopram.
- Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina: Duloxetina, Venlafaxina y Desvenlafaxina.
- Inhibidores de la recaptación de dopamina y norepinefrina: Bupropion.
- Antidepresivos atípicos: Trazodona y Mirtazapina.
- Antidepresivos tricíclicos: Imipramina, Amitriptilina, Amoxapina, Clomipramina, Desipramina, etc.
- Inhibidores de monoaminooxidasa: Tranilcipromina, Fenelzina y Selegilina.
- Psicoterapia: proceso a través del cual se establece un canal de comunicación con una persona entrenada en evaluación psicológica, quien le ayuda al paciente a modificar sus comportamientos y controlar síntomas leves como la desesperanza y la irritabilidad para recuperar la alegría y el control sobre su vida.
2. Tratamiento hospitalario: necesario en pacientes que no pueden cuidar de sí o cuyo comportamiento representa peligro para sí mismo y las personas con quienes conviven.
3. Tratamientos no convencionales: en caso de fracasar otras alternativas de terapia, es posible recurrir a terapias en las que, por medio de impulsos eléctricos o campos magnéticos, aplicados en el sistema nervioso, se busca mejorar el comportamiento de las neuronas y de los químicos que intervienen en la transmisión de estos impulsos.
4. Farmacogenética: Debido a la variación de la respuesta a los medicamentos, actualmente es posible precisar aun mas el tratamiento de pacientes con este tipo de enfermedades a través del análisis genético de cada paciente. Gracias a ello facilita la selección de entre las distintas alternativas farmacológicas, orienta a la dosificación más adecuada para cada paciente y anticipa información sobre posibles efectos no deseados. Los medicamentos que se analizan representan un alto porcentaje de los fármacos más utilizados para el tratamiento de enfermedades como depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno obsesivo-compulsivo, ansiedad, epilepsia, TDAH, entre otros.