Esclerosis-multiple

En la actualidad se considera que la esclerosis múltiple aparece como consecuencia de la combinación de factores genéticos y ambientales, entre los que se incluyen:

• Infecciones virales en la infancia.
• Liberación de toxinas
• Exposición a sustancias tóxicas.

En cualquiera de los casos, la destrucción de la mielina resulta a partir de una respuesta de defensa anormal.

Los síntomas de esclerosis múltiple varían de un paciente a otro, según el área que se encuentre afectada. Las manifestaciones se presentan en forma episódica, con remisiones y recaídas, después de la cuales se observa el empeoramiento de los síntomas, sin embargo, en algunos casos, se observa una evolución constante y progresiva hacia el deterioro neurológico, independiente del tratamiento prescrito.

Entre los síntomas característicos de esclerosis múltiple se encuentran:

• Pérdida unilateral de la visión.
• Visión doble o borrosa.
• Dificultad para la discriminación de los colores.
• Debilidad muscular que mejora con el reposo.
• Sensación de hormigueo, quemadura o adormecimiento en áreas específicas del cuerpo.
• Dificultad para la articulación de las palabras.
• Problemas de coordinación y/o equilibrio.
• Alteración de las funciones mentales (atención, memoria, razonamiento).
• Retención urinaria e infecciones urinarias frecuentes.
• Estreñimiento o incontinencia fecal.

El diagnóstico de esclerosis múltiple es complejo, dada la similitud con otras condiciones neurológicas. En términos generales, la presencia de alteraciones neurológicas en dos áreas diferentes del sistema nervioso en al menos dos oportunidades, es un hallazgo clínico suficiente para sospechar la existencia del trastorno.

Las pruebas complementarias incluyen la punción lumbar para examen del líquido cefalorraquídeo, la resonancia magnética del cerebro y de la columna vertebral y la valoración de la función neurológica, mediante la práctica de un examen conocido como potenciales evocados.

Los ataques agudos, en los que se presentan alteraciones neurológicas durante un lapso de tiempo mayor a 24 horas, requieren la hospitalización y el manejo con corticoides a dosis elevadas para lograr la estabilización del cuadro y evitar complicaciones de mayor gravedad.

El uso de medicamentos que modulan la acción del sistema inmunológico (interferón, glatiramer), es útil para prevenir las recaídas y retrasar la progresión de la enfermedad.

En algunos pacientes puede ser necesario utilizar  anticonvulsivantes (gabapentina, pregabalina) en dosis bajas, para controlar las sensaciones anormales (hormigueo, quemadura, adormecimiento) que pueden presentarse en el curso de la enfermedad.

Dado el impacto que genera la esclerosis múltiple en el estado general, es importante realizar cambios en el estilo de vida, incluyendo alimentación saludable, desarrollo de actividad física regular, control del estrés y mantenimiento de patrones adecuados de descanso.

• Pérdida de masa muscular
• Dolor neuropático
• Discromatopsia 
• Limitación de movimientos
• Pérdida de la fuerza
• Rigidez

Referencias

1. Krieger S, Pandey K, Barry H. Multiple Sclerosis. Essential Evidence Plus. 2011. Documento electrónico disponible en:
        https://www.essentialevidenceplus.com/content/eee/447

2. Multiple Sclerosis. American Academy of Family Physicians. 2008. Patient Education. Documento electrónico disponible en:
        http://www.mdconsult.com/das/patient/body/394735994-1933/0/10062/70082.html?tab=eng

3. Stone L. Multiple Sclerosis. Best Practice. 2011. Documento electrónico disponible en:
        http://bestpractice.bmj.com /best-practice/monograph/140/basics.html